Los hombres no son mejores desarrolladores que las mujeres

Interpretamos el mundo utilizando atajos para no agotar nuestra mente. Hablamos de heurísticos y sesgos cognitivos o los también llamados atajos de la mente.
Emma Salamanca
15 jul 2015 · 6 minutos de lectura

Y viceversa. Hace muy pocos meses leí alarmada a través de Twitter que se necesitan mujeres programadoras (o se colapsará la economía). A pesar de ser bastante sensacionalista, os aconsejo que leáis tanto el artículo como los comentarios y veréis que cuando se habla de hombres, mujeres y viceversa, hay polémica. Y si no, más ejemplos en El desarrollo no es país para chicas… según la encuesta anual de Stack Overflow, por lo menos.

Mecanismos cognitivos: Los atajos de la mente y la correlación ilusoria

Nos movemos por el mundo haciendo nuestras interpretaciones y lo hacemos de la manera más cómoda, sin ponernos a contrastar cada opinión, porque sería agotador para nuestra mente. A esto, se le llama en psicología: heurísticos y sesgos cognitivos o mucho más fácil, atajos de la mente.

Si hablamos de procesos cognitivos, tenemos que hablar de la teoría de la identidad social. En términos más técnicos, esta teoría establece que los individuos tendemos a formar grupos o categorías con el fin de organizar la información del medio social que nos rodea (Tajfel, 1981). Esta simple categorización tiene importantes efectos en los procesos de percepción social debido a la tendencia humana de sobreestimar las diferencias entre las categorías (ej: los hombres son muy diferentes a las mujeres) y a subestimar las diferencias dentro de las categorías (ej: todas las mujeres programan mal). Concluyendo: “nosotros somos mejores que ellas".

Todos y cada uno de nosotros, categorizamos y etiquetamos sesgadamente, por eso es fácil que exista el conflicto. De hecho, si un fenómeno puede explicar la percepción de discriminación en el ámbito del software es la correlación ilusoria. Concepto que hace referencia a la tendencia de los individuos a sobreestimar la correlación entre estímulos infrecuentes y distintivos (Chapman & Chapman, 1967). En otras palabras, cuando simultáneamente surgen dos eventos; uno infrecuente y otro raro o diferente, atrapa nuestra atención de tal forma que tendemos a asociar que ambos van juntos.

Todo este rollo que he contado, considero que es importante para poder entender el tema de la brecha de género y por tanto explicar y argumentar con mayor objetividad.

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Las mujeres no son peores desarrolladoras que los hombres, simplemente hay menos

Esto es un dato completamente objetivo, solo hay que ir a las facultades de informática o a una empresa de tecnología y observar. Por eso, cuando leí la encuesta de Stackoverflow, desde luego que no me llamó la atención que la participación fuera más de hombres que de mujeres.

Si hay más hombres que mujeres dedicados al desarrollo de software, las probabilidades de encontrarnos con un mal programador es más probable en hombres que en mujeres. Por tanto, si a lo largo de nuestra experiencia profesional hemos trabajado un par de veces con mujeres y nos han parecido que programan mal, es bastante probable que nuestra mente realice una correlación ilusoria y ataje pensando que “Las mujeres no programan bien”. Ya sabemos que cuando nuestra mente se pone en modo automático, así simplifica las cosas de la vida. 

Romper barreras culturales para acercar a las mujeres a la programación

Si una cosa me llamó la atención del tema del género en la encuesta, fue que de ese 5,8% de participación de mujeres, la mayoría son de la India. Perdonad mi ignorancia, pero me sorprendió tanto que decidí investigar sobre el tema. Encontré que según uno de los estudios que realizó el GEM, las cuestiones culturales desempeñan un papel muy importante en relación con el acceso de las niñas a un ordenador y a internet, mucho más que la falta de dinero o de recursos. Las clases de programación en la India se realizan fuera del horario escolar, y se detectó que las niñas no asistían a clase, no porque no tuvieran inquietud, sino porque los padres no las dejaban asistir. Las explicaciones que daban era que las clases eran de noche y era mucho mejor irse a hacer tareas en casa.

Gracias a este tipo de artículos e investigaciones se ha detectado algo muy importante, la tecnología se construye socialmente. Por tanto, si queremos cambiar las cosas, hay que cambiar las normas sociales y culturales porque impactan directamente sobre los roles de género y por tanto, la aceptación social de las tecnologías tanto en niños como en niñas.

La demanda de desarrolladores en la India es altísima. No vamos a entrar a valorar sobre la calidad del desarrollo de software porque sería otro tema, pero sí de cómo se intentan romper barreras culturales. La mayoría de las carreras de ingeniería en la India, están ligadas a la programación e incluso, se facilitan las cosas para que puedan ser estudiadas desde casa y que los padres promuevan que sus hijos estudien ingeniería informática. Pero lo realmente llamativo es que las mujeres ingenieras en la India perciben menos barreras en su educación a nivel universitario que las mujeres ingenieras en EEUU, y si lo trasladamos a España, creo que los resultados serían en la misma línea.

Os aconsejo leer con atención el artículo "What India Can Teach Silicon Valley About Its Gender Problem”, y algunas investigaciones como el estudio de Winifred R, "Global Circuits of Gender: Women and High-Tech Work in India and the United States" que afirma que hay un mayor respeto a las capacidades de la mujer en la India que en EEUU, y no menos importante que el trabajo técnico no tiene género. Percepciones que favorecen que las mujeres quieran estudiar una ingeniería y que por supuesto, se las acepte en un puesto que requieran un alto nivel técnico.

Me llamó tanto la atención de este artículo de las niñas de la India que lo compartí con mi amiga y desarrolladora Susana García. Me habló de CoderDojo, una iniciativa que enseña a las niñas a programar en Javascript. Empezaron en Irlanda y ahora están ya en 45 países.

Una compañera de trabajo de Susana, trabaja como voluntaria en esta iniciativa y le comentaba que cuando comenzaron las clases eran mixtas, pero que los profesores notaron que las niñas eran más tímidas y que los niños no las dejaban participar, por lo que muchas de ellas, decidieron no volver a las clases. Independientemente de mi opinión en contra de la educación segregada y sí a favor de la coeducación, los creadores de esta iniciativa consideraron que era necesaria una educación diferenciada y por tanto, optaron por crear el grupo de las @coderdojogirls, obteniendo resultados muy positivos.

En España, ya comienza a potenciarse la programación desde niños. Leímos la noticia de que en los colegios de Madrid se impartirán clases de programación, se realizan campamentos de verano tecnológicos  e incluso hay hasta campus tecnológicos para chicas.

Conclusión

Independientemente de que nos guste más una iniciativa que otra, está claro que no se puede generalizar, pero si hay unos datos que nos permiten hacer estimaciones. Hay más hombres que mujeres que trabajan como desarrolladores, situación que está cambiando cada vez más gracias a la ruptura de barreras culturales y a la ruptura de estereotipos que tenemos desde la infancia. Pero por mucha igualdad que intentemos promover, ¿los hombres y las mujeres somos iguales? ¿Es verdad que los hombres no escuchan y las mujeres no entendemos de mapas? ... mi correlación ilusoria me hace pensar que sí.

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